¿Has perdido alguna pieza dental recientemente o necesitas una reestructuración de la dentadura? La colocación de un implante dental es un tratamiento muy recomendable para todas aquellas personas que quieran recuperar la estética y funcionalidad de su boca.
A lo largo de este artículo vamos a profundizar en la utilidad de los implantes, detallando en qué situaciones son una buena opción y a qué personas se les recomienda este tratamiento.
¿Para qué sirven los implantes dentales?
La función principal de un implante dental es sustituir la pérdida de una o varias piezas dentales que se ha producido a causa de caries, enfermedades periodontales u otro tipo de patologías.
¿En qué situaciones se recomienda poner implantes dentales?
Son muchas las situaciones en las que es recomendable un tratamiento con implantes dentales. No obstante, es importante que sea nuestro dentista el que haga una valoración de nuestra boca, para evaluar si es una solución adecuada para nuestro caso como explicaremos a continuación.
Una vez que hemos aclarado esto, vamos a repasar en qué situaciones los implantes dentales realizan una función muy efectiva:
- Si faltan una o más piezas dentales.
- Las dentaduras o puentes dentales están más flojos.
- Un diente está infectado y la única solución posible es su extracción.
- Perdemos hueso debido a la ausencia de dientes naturales, consecuencia que vemos reflejada en la parte de la cara, concretamente en la zona de la boca y de las mejillas.
- Uno o más dientes están rotos en su mayoría. Estos casos se intentan solucionar poniendo una corona, pero, si por la extensión del daño no es posible, recurrimos al implante.
- Tenemos problemas durante la masticación.
- Sentimos inseguridad al sonreír debido a nuestra dentadura, puente o prótesis.
- Estamos cansados de emplear dentadura y sus adhesivos nos resultan incómodos.
¿Qué personas pueden ponerse implantes dentales?
Los implantes dentales son una solución muy efectiva, pero, no todas las personas son buenas candidatas para este tratamiento. Existen una serie de condicionantes que determinan si un paciente es o no apto para el tratamiento:
- Contar con una superficie ósea suficiente en los maxilares. Los implantes dentales se adhieren a esta superficie y, aunque la alternativa de injertos óseos está presente, no todas las personas son aptas para ello.
- No presentar enfermedades periodontales. Si se detecta cualquier enfermedad de las encías, es necesario resolverla previamente a la colocación del implante.
- No estar embarazada. Es recomendable dejar pasar el embarazo antes de la colocación del implante dental, por si fuese necesario tomar algún tipo de antibiótico.
- No padecer ninguna enfermedad que sea de riesgo. Hay enfermedades como la diabetes, problemas cardiovasculares o de coagulación que pueden causar algunas complicaciones. Por este motivo, es necesario que el doctor evalúe de forma personalizada cada caso.
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